El astrónomo estadounidense Frank Drake apuntó en 1960 un telescopio en el condado de Pocahontas hacia las estrellas Tau Ceti y Épsilon Eridani en busca de señales de radio de otros mundos. Acababa de arrancar una empresa destinada a cambiar la vida de los terrícolas para siempre: la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Durante los años siguientes, el Gobierno de EEUU se volcó con esta batida por el espacio. Pensaban, admite Drake, que los mensajes se detectarían "en unos pocos días". Medio siglo después, no se ha encontrado ni rastro de los alienígenas. Oficialmente seguimos solos en el universo. Y la búsqueda, prácticamente, se ha abandonado. Apenas 40 personas siguen escrutando el cielo en busca de señales, una decena de ellas en el Instituto SETI, que rastrea desde 1984, primero con dinero de la NASA y ahora con donaciones privadas. Una de esas personas que permanecen a la escucha es el propio Drake (Chicago, 1930), autor de una ecuación para calcular el número de civilizaciones detectables en nuestra propia galaxia, la Vía Láctea. Según sus cuentas, hay 10.000 sociedades avanzadas emitiendo señales de radio en nuestro vecindario espacial. El astrónomo, que pasó recientemente por Madrid para recoger un premio de la Sociedad Geográfica Española, reconoce que sólo ahora se da cuenta de que morirá sin detectar una señal de inteligencia extraterrestre. Pero la señal, asegura, llegará.
Cuando usted empezó a buscar inteligencia extraterrestre, tenía 30 años. Ahora tiene 80. Medio siglo sin frutos.
Sí, pero sigo pensando que buscar inteligencia extraterrestre es una de las iniciativas más importantes que podemos acometer, aun sabiendo que la búsqueda será, probablemente, muy larga. En 1960 pensábamos que sería fácil, que tardaríamos unos pocos días. Pensábamos que había señales viniendo de cada estrella del cielo. Ahora vemos que son extremadamente poco comunes. También sigo pensando que hay vida inteligente extraterrestre. Todos los recientes descubrimientos de sistemas planetarios respaldan la idea de que hay un montón de vida en el universo. La búsqueda debe llevarse a cabo, porque cambiará las cosas a mejor para nosotros. Pero para eso hacen falta más personas y más dinero.
¿Usted verá las señales?
Yo ya no, tengo 80 años. Antes decía que en diez o vente años captaríamos las señales, pero eso era cuando teníamos más recursos. El dinero ha disminuido en los últimos años con la crisis económica mundial.
¿Encontrar inteligencia extraterrestre es también cuestión de dinero?
Es cuestión de tiempo, pero buscar cuesta dinero: para mejorar la tecnología y para pagar a las personas que buscan. En el Instituto SETI trabajan 120 personas. Sólo diez buscan señales de vida inteligente extraterrestre. Los demás investigan otros asuntos, como el origen de la vida en la Tierra. En todo el mundo hay unas 40 personas buscando vida extraterrestre. Eso no es nada, ese es el problema. Debería haber miles.
¿En qué porcentaje han bajado sus fondos?
Hace diez años, un proyecto internacional contaba con cinco millones de dólares al año. Hoy es medio millón. Hemos perdido el 90% de los fondos.
¿A veces piensa que ha desperdiciado toda su vida?
En absoluto. Hay elementos para pensar que hay vida extraterrestre inteligente y se puede buscar. Animo a la gente a que siga buscando. Si no se apunta más gente, en unos años no habrá nadie.
¿Cuándo detectaremos la señal?
Hoy podríamos encontrar una señal de vida inteligente extraterrestre. Siempre hay una oportunidad, aunque pequeña. Yo calculo que tardaremos entre 40 y 100 años, pero dependerá de cuántos recursos dediquemos.
¿Estamos preparados para el contacto con una civilización extraterrestre?
Creo que sí. Yo estoy listo.
Imagine que se acerca a un grupo de personas rezando en una iglesia y les dice: hay vida extraterrestre inteligente, no estamos solos, Dios no existe
Sí, tiene grandes implicaciones para la religión. Las personas con una cierta cultura son las únicas que están preparadas. En países del Tercer Mundo, en África, no están preparados, porque no tienen un buen sistema educativo.
¿Cómo se imagina el contacto?
El escenario más probable es que detectaremos la existencia de una señal de radio, aunque podría ser una señal óptica. No creo que venga una nave espacial a la Tierra, desde luego. La señal será evidentemente de origen inteligente. Y muy probablemente no tendremos la capacidad técnica para captar la información codificada en la señal. Tendrá datos sobre su civilización, sus criaturas, su estilo de vida, su tecnología, pero no podremos entenderlos. Será muy frustrante. Necesitamos un telescopio más grande para poder captar las señales extraterrestres, pero es demasiado caro. Necesitaríamos uno de un kilómetro de diámetro, quizá de diez kilómetros. Estamos construyendo el Allen Telescope Array en California: muchos telescopios pequeños que equivalen a uno de cien metros de diámetro. Probablemente no es suficiente, pero podremos ampliarlo en el futuro.
¿Sigue pensando que a largo plazo el objetivo es construir un telescopio en la cara oculta de la Luna?
Recibimos miles de señales de radio al día y hay que chequear cada una con cuidado para no tirar la buena a la basura. Sería terrible. Pero hay muchísimas señales de origen humano que nos confunden. Hay un lugar en el Sistema Solar en cuyo cielo nunca se ve la Tierra, que nunca recibe señales de radio de la Tierra: la cara oculta de la Luna. Si construimos un telescopio allí, no tendremos que lidiar con este problema. La otra razón para ir a la Luna es que, una vez que estás allí, construir un telescopio es mucho más barato, porque hay menos gravedad y no hay viento. Se pueden construir con materiales muy ligeros y seguir siendo buenos y precisos.
La revista Nature' afirmaba en 2006 que no es obvio que todas las civilizaciones que puedan existir ahí fuera sean benévolas. Quizá el contacto sea arriesgado. Los conquistadores españoles contactaron con los americanos y murieron unos cuantos.
Sí, sobre todo murieron por las enfermedades. Pero, bueno, los españoles se llevaron un montón de oro [risas]. La situación fuera de la Tierra es muy diferente. La distancia entre nosotros y otras civilizaciones es muy grande. La estrella más cercana, Alfa Centauri, está a cuatro años luz. La distancia más probable a otras civilizaciones es de cientos de años luz. Tardaríamos 100.000 años en llegar a Alfa Centauri y un millón de años en alcanzar las estrellas con posibles civilizaciones. Atacar a otra civilización para coger su oro o comértelos requiere demasiado tiempo y es demasiado caro. Además, los visitantes no podrían llevarse más de una tonelada de cosas de la Tierra y tendrían que esperar un millón de años para llevarlas a casa. Los exploradores españoles sólo tuvieron que esperar unos meses.
Así que el cara a cara con los aliens es imposible
El coste de explorar otras civilizaciones es muy caro. Yo creo que las civilizaciones interactúan por motivos beneficiosos. Transfieren información para duplicar cosas útiles, como una central para producir electricidad a través de la fusión nuclear, como ocurre en el Sol. Los extraterrestres posiblemente solucionaron ese problema hace millones de años. Pueden enviarnos el diseño a la velocidad de la luz. Nos llegaría en unos años.
Pero enviar la pregunta y obtener la respuesta, tardaría siglos.
Sí, así es. Lo que queremos no es ir a otros mundos, sino establecer un canal de comunicación para que nos podamos enviar instrucciones de diseño para construir cosas útiles. No hay que temer a los extraterrestres, no nos van a atacar.
El SETI ha lanzado un proyecto en el que se pregunta a gente de todo el mundo: "Si descubrimos vida inteligente más allá de la Tierra, ¿deberíamos responder? Si es que sí, ¿qué deberíamos decir?". ¿Usted qué opina?
Depende de lo que descubramos. A partir de una sola señal no podemos saber nada de ellos. Al principio no tendrá sentido responder. Lo que deberíamos hacer es aprender sobre ellos y pensar una buena respuesta. Antes del descubrimiento, no se puede saber qué responder.
Pero usted ya envió un mensaje de radio con información sobre el ser humano en 1974, el famoso mensaje de Arecibo, sin saber nada. Y antes diseñó una placa con figuras humanas para incorporarla a las sondas Pioneer'.
Ya, ya lo sé [risas].
¿Fue buena idea enviar estos mensajes?
Quizá fue prematuro. Incluimos los dibujos porque los extraterrestres querrán saber cómo somos físicamente y biológicamente.
Su colega del SETI Seth Shostak cree que si estuviera delante de un ser extraterrestre, le preguntaría: ¿Tenéis religión?
Yo preguntaría si han descubierto cómo vivir para siempre, cómo ser inmortales.
Sería un problema.
Sí, todos querríamos ser inmortales. La Tierra sería muy aburrida, hablando con la misma gente todo el tiempo, todos viejos, todos habríamos visitado todos los países. Y habría que limitar el crecimiento de la población. No podríamos tener hijos. Sólo permitiríamos el nacimiento de niños para reemplazar a los viejos que van muriendo en accidentes. Todo el mundo tendría tanto miedo a morir que la velocidad permitida en carretera sería tres kilómetros por hora. El mundo sería aburridísimo.
¿Quién tiene que hablar en nombre de la Tierra?
Hay que establecer un gran comité de expertos, probablemente a través de Naciones Unidas. Ya hay un grupo en la ONU para establecer qué actividades son aceptables ahí fuera, pero no es el adecuado para esto. Habría que crear otro comité para elaborar un mensaje lleno de significado para enviar a los extraterrestres.
¿Sería un mensaje matemático?
Más bien serían imágenes, quizás hologramas. Así tendrían un objeto en tres dimensiones, con movimiento y audio. Podría ser una película en tres dimensiones.
Entonces habría que enviarles también un proyector 3D.
Las instrucciones para construir uno. Las imágenes en 3D solucionarían el problema del lenguaje.
Con todo el conocimiento de los últimos años, ¿cuántas civilizaciones detectables cree que hay ahora en nuestra galaxia?
Unas 10.000, aunque no podemos hacer una predicción correcta, porque tenemos demasiadas lagunas de conocimiento.
Es el mismo cálculo que ha hecho siempre. No ha cambiado, pese a que se han descubierto muchos planetas extrasolares.
Sí, esto incrementa el número posible de localizaciones. Pero el factor importante es durante cuánto tiempo se comunica una civilización. En nuestro planeta vemos lo que puede ocurrir en otros. Cuando las civilizaciones perfeccionan su tecnología, desaparecen de la vista, se hacen invisibles. Detectar una civilización es detectar la energía que malgastan. En nuestro caso, Madrid, por ejemplo, tiene una gran torre de televisión. Todas las ciudades soviéticas tenían una emitiendo señales potentísimas. Ahora tenemos el cable y la televisión por satélite. Apagamos las viejas torres de televisión y nos hacemos invisibles. A los extraterrestres se les va a acabar el fútbol gratis [risas].
¿La Tierra se está haciendo invisible?
En medio siglo seremos invisibles. Y empezamos a ser visibles en 1950. Si sólo somos visibles durante un siglo, el número de civilizaciones detectables será mucho menor de lo estimado. Eso es lo preocupante.
¿Podría ocurrir que nos llegara una señal de una civilización ya extinta?
Sí, extinta o que ya sea invisible y no nos lleguen más señales.
MANUEL ANSEDE Madrid 03/04/201 www.pùblico.es
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