jueves, 4 de noviembre de 2010

MIB...Men in Black

"Los Hombres de negro"
Son funcionarios especiales del Área 51, pero no visten de negro porque precisamente lo que buscan es pasar desapercibidos. Su función es desalentar las investigaciones Ovnis desacreditando a quienes los avistan y confundiendo a la opiniòn pùblica de todas las maneras posibles. El asesinato, que disfrazan de accidente, es una de las alternativas que utilizan.

Están relacionados con la visualización de OVNIs y los encuentros con ellos. Diversas personas que afirmaron haber visto OVNIs, o haber sido secuestrados por los tripulantes de dichas naves, o haber experimentado lapsos de "tiempo olvidado" de los que nada recuerdan, a veces han sido visitadas posteriormente por los llamados Hombres De Negro (MIB). Son "hombres vestidos completamente de negro" que disuaden a las personas de que sigan insistiendo en sus afirmaciones.
 Supuestamente, los MIB también han amenazado y hostigado, a estas personas y sus familiares, atribuyéndoseles incluso la muerte de varias de esas personas. Otros dicen que los MIB están en combinación con los ETs que se encuentran cooperando en el Área 51. Al parecer, los MIB han estado activos en los Estados Unidos desde 1947, a partir de los primeros informes sobre los "platillos voladores".
Uno de los primeros informes sobre una visita de los MIB (un caso típico) se originó en 1953 en Bridgeport, Connecticut, y su autor fue Albert K. Bender, oficinista de una fábrica y entusiasta de los OVNIs y de los filmes de horror. Bender organizó una oficina internacional sobre platillos voladores, y gracias a sus investigaciones, creyó haber descubierto el origen de los extraterrestres y la razón de sus visitas a nuestro planeta. Le escribió a un amigo sobre el particular y, después de haber puesto la carta en el correo, recibió la visita de tres hombres vestidos con traje negro. Uno de ellos tenía en sus manos la carta. Tras la visita, Bender enfermó. Actuaba "como si le hubieran hecho una lobotomía"-según expresión de un amigo- y padecía de fuertes dolores de cabeza que, según decía, le eran infligidos por "ellos". Si pensaba en revelar sus descubrimientos, era inmediatamente afectado por un terrible dolor de cabeza. Al final, Bender abandonó todos sus proyectos relacionados con los OVNIs.
Las informaciones sobre los MIB presentan algunas características comunes. Muestran predilección por las ropas negras o de colores oscuros, con anteojos también en tonos oscuros. Hubo testigos que afirmaban que sus voces eran igualmente extrañas, monótonas, monocordes, de timbre penetrante.

 

Se comenta que los MIB visitan en su casa a gente que afirmó haber visto un OVNI, sin anunciarse y en grupos de tres. A veces se ha presentado después del avistamiento, pero antes de que la persona se haya puesto en contacto con las autoridades o con alguna sociedad relacionada con los OVNIs. ¿Cómo sabían del avistaje?
A menudo se hicieron pasar por representantes del gobierno federal o de la Inteligencia militar. Curiosamente parecían conocer bastante bien los datos personales de los visitados. Algunas personas informaron que los MIB han recurrido a la intimidación, las amenazas y el hostigamiento para terminar con su interés en los OVNIs y con sus investigaciones sobre los mismos. Los MIB han intentado persuadir a personas que avistaron un OVNI que en realidad no habían visto lo que creyeron ver.

El informe típico sobre los MIB es que poco después de haber observado un OVNI, el sujeto (que puede ser un testigo o un investigador) recibe una visita. Con frecuencia, esto ocurre tan pronto que todavía no se ha producido un informe oficial ni una publicación. Como se dijo antes: ¿Cómo sabían los MIB que el visitado había visualizado un aparato alienígena? Además, los misteriosos Hombres de Negro no pueden haber obtenido de forma normal la información que sin duda poseen: nombres, direcciones, detalles acerca del incidente y de la gente implicada.

 

El sujeto investigado está, casi siempre, solo en el momento de la visita, generalmente en su propia casa. Sus visitantes, que suelen ser tres, llegan en un gran coche negro.  Su aspecto se ajusta a la imagen estereotipada de un agente de la CIA o de los servicios secretos: llevan trajes oscuros, sombreros oscuros, corbatas oscuras, zapatos y calcetines oscuros, pero camisas blancas; los testigos comentan a menudo su aspecto impecable... toda la ropa que llevan parece recién comprada. Los MIB tienen en general rostros serios y carentes de expresión; sus movimientos son rígidos y su actitud es formal, fría, siniestra, casi amenazadora; nunca son simpáticos, aunque tampoco demuestran hostilidad. Los testigos han sugerido muchas veces que no parecían humanos.

 

Aunque la mayoría de los incidentes en que se han visto envueltos los MIB están relacionados con los OVNIs, también se ha informado sobre ellos en relación con el avistaje de los ETs llamados grises, similares a los que cayeron en Roswell.
En resumen, los MIB siempre han tratado de evitar que los investigadores de la vida extraterrestre lleguen a conocer la gran verdad
Existen muchas especulaciones; unos comentan que son agentes de la KGB, de la desaparecida Unión Soviética. Otros afirman que son agentes del FBI; otros más opinan que son un grupo que actúa la margen de las autoridades oficiales; algunos señalan que son un grupo de ex agentes que han formado una "Orden Secreta". Los menos opinan que los MIB son extraterrestres o "espías cósmicos".



Entonces, para ubicar el origen de los llamados Hombres de Negro... ¿Hay que levantar la mirada hacia el espacio exterior?  ¿Cierra la teoría de que son agentes extraterrestres, una especie de "espías siderales" provenientes de distintas razas de alienígenas?
Testimonios de decenas de personas los han visto descender de naves espaciales, en compañía de los ETs llamados grises, con los que se comunican telepáticamente.
Sabemos que no existe la telepatía propiamente dicha en el plano físico, así que si hubiera una comunicación entre los MIB y los ETs, sería mediante un "conversor de idioma", aparato que capta los conceptos mentales y los traduce al lenguaje de cada raza.


Desde los años cincuenta la gente que ha investigado seriamente sobre OVNIs han sido repetidamente molestada con misteriosas llamadas telefónicas y entrevistas directas, acompañadas por sutiles amenazas. Han ocurrido accidentes extraños, ha muerto gente en circunstancias misteriosas y, en general, se ha hecho quedar bien claro que investigar demasiado a fondo en la naturaleza de los OVNIs era meterse en problemas. 
Los Hombres de Negro son los responsables de todos estos hechos, tanto de intimidación como de "lavados de cerebro" de aquellos que dijeron ver algo desconocido. Todo el mundo se deshace en conjeturas sobre la identidad de estos hombres de negro. En un principio, los investigadores pensaron si serían agentes del gobierno, porque muchas veces decían ser de la CIA o de las altas jerarquías de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, exhibiendo las correspondientes tarjetas de identificación. Luego, los informes sobre sus visitas se hicieron tan frecuentes que los organismos gubernamentales se empezaron a preocupar y a desmentir los rumores que los asociaban con los MIB. Aparentemente, el asunto parecía preocuparles tanto como a los demás.
En septiembre de 1953, estos individuos visitaron al experto en OVNIs Albert K. Bender, organizador de la oficina internacional de platillos volantes que había emprendido en serio la tarea de aclarar los misterios en torno a dichos objetos voladores.

 

Bender pensaba que había dado con la solución y poniendo sus opiniones por escrito, las envió por correo a un amigo. Cuando estos individuos llegaron, tenían en su poder el material, que nunca llegó a su destino. Le dijeron que había sido el único entre todos los investigadores en dar con la respuesta. Para su edificación, le añadieron unos cuantos detalles más que no conocía, asustándole de tal forma que se puso enfermo y no probó bocado en varios días. A partir de entonces, Bender fue un hombre cambiado, que no quiso volver a hablar de OVNIs con nadie. Terminó escribiendo un libro titulado Flying Saucers and the Three Men (Los platillos volantes y los tres hombres), en el que dijo que contaría todo lo que le había sucedido. En realidad lo único que hizo fue complicar más las cosas cuando mencionó su proyección astral a una base de platillos volantes situada en el Antártico. El libro parecía ser sólo una tapadera de lo que había ocurrido en realidad.
Bruce Cathie, estando en Nueva Zelanda, fue abordado en un hotel, durante uno de sus vuelos. Había dado a conocer que llevaba consigo fotografías de las misteriosas antenas que se estaban multiplicando en la zona donde vivía. Tres individuos se hallaban sentados en una mesa cercana, y uno de ellos se le acercó y trató de darle conversación, mientras las fotos estaban sobre la mesa, a su vista. El hombre trató de que Cathie le dijera su nombre y una dirección donde se le pudiera localizar. Cathie estaba preparado para esto y no accedió. Finalmente, se disculpó y subió a su habitación, volviendo a bajar para poner sus fotos en la caja fuerte del hotel. Los hombres ya no estaban allí, y al preguntarle a la chica de recepción cuándo habían pasado por allí, ella le dijo que nadie se había marchado. Pareció como si seres se hubiesen desvaneccido literalmente en el aire.
Otro investigador tuvo una importante demostración aún más espectacular de esta capacidad cuando los tres hombres le visitaron en su trabajo, a primera hora de la mañana, ordenándole que abandonase ciertas líneas de investigación que estaba siguiendo.

 

Él les aseguró que ya había pensado hacerlo y se marcharon por una puerta cercana. El investigador les siguió inmediatamente, abriendo la puerta sobre un pasillo vacío impregnado de un olor como el que hubiera dejado una fuerte descarga eléctrica. En un instante, los hombres se habían esfumado.
Uno de los más interesantes contactos con los hombres de negro tuvo lugar el 9 de enero de 1967 en casa de Edward Christiansen, en Wildwood, New Jersey. A las cinco y media de la tarde, un hombre de extraño aspecto llamó a la puerta. Cuando le abrieron, dijo que pertenecía a la Oficina de Localización de Herederos, y que era posible que el señor Christiansen hubiera heredado mucho dinero. Se hizo pasar al forastero, y se vio que era un tipo poco corriente, con una estatura de casi dos metros, hombros muy anchos, y que debía pesar alrededor de los ciento veinte kilos. Llevaba un largo abrigo negro de tela muy fina, y un gorro de estilo ruso. Al quitárselo, descubrió una gran cabeza con el pelo cortado al rapé y una zona perfectamente redonda que parecía afeitada. Tenía los ojos saltones como si padeciese de tiroides, y uno de ellos era vidrioso y mal sincronizado con el otro. Gigi, el perro de los Christiansen, le cogió una aversión inmediata, que hizo patente con sus gruñidos y ladridos.
El hombre empezó a hacer una serie de preguntas sobre los datos personales de Edward Christiansen, dando la explicación de que era para averiguar si se trataba del hombre que mencionaba el legado. Tenía una voz curiosamente metálica, que parecía emitida por el altavoz de un computador, monótona y fría. Cuando se sentó, sus pantalones, ya bastante cortos, se levantaron, y Mrs. Christiansen y su hija Connie observaron fascinadas un cable verde que le salía del calcetín y subía por su pierna, pareciendo entrar en ella por una muesca antes de perderse en sus pantalones. Con esto y con su singular aspecto pálido y enfermizo, aquel forastero tenía una apariencia singular. Cuando se le ofreció tomar algo rehusó y dijo que dentro de diez minutos necesitaría un vaso de agua. Durante la entrevista, la familia observó que su rostro se iba poniendo cada vez más rojo, hasta que terminó pidiendo el vaso de agua, que se bebió de un trago con una gran píldora amarilla. Esto pareció devolverle a sus estado normal.
Al terminar la visita. Mrs.Christiansen decidió observar la marcha del hombretón. Desde la oscuridad de la puerta de su cocina, le vio hacer una llamada con la mano, y un Cadillac negro del año 1963 surgió de las sombras con las luces apagadas. El desconocido entró en él y se fue.
Al día siguiente, el señor Christiansen recibió una llamada telefónica con una voz femenina que le explicó que el Edward Christiansen que buscaba la oficina de Herederos había sido localizado en California. Él le dió las gracias y colgó. El anterior mes de noviembre, la familia Christiansen había visto un OVNI; parece ser que esto fue lo que provocó la visita de uno de los hombres de negro, aunque no se mencionó para nada la visita ni se le hizo amenaza alguna.

 

La historia de los MIB está tan llena de incongruencias como todos los demás aspectos de las experiencias con OVNIs. Se han presentado muchas teorías sobre la identidad de estos "hombres". La más coherente es que se trata de ex agentes que no responden a la Seguridad Oficial y están en alianza con ETs del Área 51.



Mientras sigan las investigaciones, seguiremos en contacto con ellos por una u otra razón.





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